Ya no somos quien quisimos ser, aquellos días del maravilloso junio.
Ni podremos pasear por los parques, ni arroparnos en las gélidas noches de noviembre.
Y donde quedaran los abrazos, presentes en la mente.
El mundo del pensamiento parece un universo, infinito.
Esperando en el fondo del abismo, tan cruel, tan frio, tan solo.
De esperar el mundo se desesperó, y yo con el
El mundo, el tiempo, la eternidad.
Los días que vivimos.
La luna llego a lo más alto siendo tan bonita, tan brillante.
Ahora los pájaros cantan solos.

En la calle hace frío, y cuando duermo mis ojos buscan en los rincones.

Las sombras y el aire.

La duda y el miedo.

Los poemas de amor y muerte.

Tu pelo desordenado.

El nervio y el abrazo.

El tacto de las manos que me hacen dormir, las bromas, la tontería.

El pasado y el presente.

Otra vez la luna,los gatos,el tiempo.

Las luces y los murciélagos de las once de la noche.

La tinta, el amor y el miedo.

El punto interior, el instante, el cambio que no existe.

Donde volvemos a mirar cuando dormimos.

Donde volvemos a soñar mientras pensamos.

Donde el tiempo no se pierde porque no existe.